Cáncer de piel: se puede y se debe prevenir

Se estima que más de 6.200 personas serán diagnosticadas de cáncer de piel durante el 2019 en España. Aunque este tipo de patología no encabeza la lista en números, su naturaleza agresiva convierte al melanoma y otros cánceres de la piel en los más peligrosos. Sin embargo, prevenirlo es posible. No solo es posible, sino que es relativamente sencillo. Solo debemos poner los medios adecuados.

¿Por qué se produce un cáncer de piel?

Existen miles de cánceres distintos y millones de razones para que ocurran. En el de piel la cosa no es distinta. Muchas son las razones para que se dé un carcinoma en la piel que degenere en un melanoma. Además de los factores genéticos, y otros ambientales, el cáncer de piel tiene un actor principal: el sol.

Las radiaciones solares consisten en su conjunto en uno de los factores externos más peligrosos para nuestra piel. Su acción provoca mutaciones en las células de nuestra piel que pueden convertirse en un melanoma rápidamente.

Al mutar, nuestras células se corrompen y se vuelven cancerosas. La función de la melanina es captar parte de esa potente radiación para resguardarnos de sus efectos. Pero los efectos de la melanina tienen sus limitaciones. Por eso, es importante protegernos.

Sí, se puede prevenir el cáncer de piel

Ningún cáncer es evitable al 100%, ya que dependen de numerosos factores. Pero sí que podemos ayudar a prevenirlo. ¿De qué manera? La más sencilla, desde luego, es eliminar la incidencia perjudicial del sol sobre la piel.

Lo primero que debemos hacer es evitar la exposición directa en la medida de lo posible en momentos de máxima intensidad, esto es, durante el medio día. Estar a la sombra no es suficiente, porque la radiación rebota y, aunque no la percibamos, sigue incidiendo en nuestra piel.

Usar elementos protectores, como cristales laminados, parasoles y otros es bastante efectivo, sobre todo si estamos dentro de un vehículo. En el exterior, el uso de cremas protectoras solares es imprescindible. Cuanto mayor sea el factor de protección, mejor.

Otra manera también consiste en evitar las horas de máxima intensidad solar. Las tardes, el amanecer o el anochecer hacen incidir los rayos de sol en ángulos que resultan menos perjudiciales. Esto puede ayudarnos a no recibir tanta radiación perniciosa.

Por último, no debemos olvidar que el último paso de la prevención es el diagnóstico temprano. Ante el caso de sospecha no debemos echarnos atrás. Lo más conveniente es anteponernos a cualquier situación. Una análisis médico puede suponer una mañana molesta y un alivio por haber detectado un carcinoma en evolución a tiempo.

Bibliografía

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