Un estudio revela que el consumo de vitamina B3 podría proteger a la piel de los rayos UV

El cáncer que aparece en la piel se puede dividir clínicamente en dos tipos diferentes cuyos desarrollos se llevan a cabo de formas muy distintas. El primero, el más conocido y grave de ellos, es el melanoma, que consiste en el tumor producido por unas células llamadas melanocitos. Estos producen una sustancia oscura llamada melanina, que es responsable del color oscuro y moreno de nuestra pie,l y que sirve para protegernos de la acción nociva de los rayos UV.

El segundo, el cual tiene que ver con el tema que nos ocupa hoy, se llama por descarte cáncer de piel no melanoma, y afecta a otras células de la piel diferentes como, por ejemplo, los queratinocitos. En realidad en esta categoría se engloban varios subtipos de cáncer que se suelen producir en zonas de la piel expuestas al sol (cuello, brazos, etc.), aunque también puede aparecer en zonas cubiertas por la ropa. Es mucho más frecuente el cáncer de piel no melanoma que el melanoma, siendo el segundo sin embargo mucho más peligroso y difícil de tratar.

La vitamina B3, un potencial aliado

Un estudio presentado en el último congreso virtual de la Academia Europea de la Dermatología y la Venereología (EADV) parece haber encontrado una relación positiva entre la concentración de vitamina B3 en la piel y la protección contra el daño producido por los rayos UV solares.

En dicho estudio se aislaron y cultivaron queratinocitos de pacientes que presentaban cáncer de piel no melanómicos. Posteriormente se les administró diferentes concentraciones de vitamina B3 (en forma de nicotinamida) durante varias horas, para ser finalmente expuestas a una sesión de rayos UV.

El experimento arrojó un interesante resultado, ya que parece ser que el grupo tratado con una concentración de B3 de 25 μM durante 24 horas mostró resistencia a los daños nocivos de los rayos UV, sufriendo menos daños estructurales en el ADN, menos daño oxidativo y menor inflamación local. Esto parece indicar que el consumo humano de vitamina B3 en períodos cercanos a exposiciones solares prolongadas podría ofrecer un aumento de la protección, pudiendo convertirse en un poderoso aliado junto a otras medidas comunes como el protector solar o la ropa.

No obstante, hay que tener en cuenta que el estudio continúa y aún es pronto para sacar conclusiones tajantes. Sin embargo, este hallazgo parece abrir interesantes puertas a la prevención.

Bibliografía

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