La seguridad de las vacunas contra la COVID-19: cómo afectan a los pacientes con cáncer

Hoy os traemos la primera parte de una serie de artículos basados en una entrevista muy interesante realizada por la presidenta de Helping Cáncer TV, Ariadna de Udaeta, al Presidente de la Sociedad Española de Inmunología, el Doctor Marcos López Hoyos. En el vídeo ahonda temas tan importantes como la seguridad de las vacunas contra la COVID-19 o las diferencias que existen entre los distintos tipos de vacunas desarrolladas. También contesta a una de las dudas más comunes entre pacientes inmunodeprimidos: “que tipos se pueden usar y cuales no son recomendables”. En esta pequeña serie comenzamos transcribiendo algunas de estas preguntas.

Cuál es la seguridad de las vacunas contra la COVID-19

Existe una preocupación notable entre algunos españoles sobre la seguridad que puede ofrecer un producto destinado a uso humano que se ha desarrollado en un tiempo tan relativamente corto, así es que le hemos preguntado sobre ello al Doctor Marcos. Él nos ha respondido, para nuestra tranquilidad, que las vacunas que España ha adquirido son sin lugar a dudas totalmente seguras tanto a largo como a corto plazo.

El Inmunólogo recalca, además, que, aunque el tiempo de salida del producto puede parecer relativamente pequeño, hay que tener en cuenta una serie de factores que hacen de estas vacunas un caso farmacéutico peculiar:

El primero es la cantidad de personal, recursos y dinero que muchos países han destinado precisamente para conseguir esta vacuna en un tiempo récord, debido a la urgencia de la situación que la pandemia está provocando, cosa que no se ha tenido en el desarrollo de otros fármacos parecidos o no.

El segundo factor es que aunque estas vacunas sean nuevas, la base científica de las mismas no lo es. Por ejemplo, las vacunas que usan vectores virales no replicativos ya se habían habían contemplado con anterioridad para el combate de algunas enfermedades tan importantes como el ébola, el zika, la influenza e incluso el VIH. Las basadas en ARN por su parte, aunque son nuevas en su aplicación humana, llevaban décadas siendo testadas en animales, y los estudios estadísticos que se están haciendo teniendo en cuenta a la gente a la que se les ha administrado están corroborando que son totalmente inocuas.

El Presidente de la Sociedad Inmunológica Española también ha querido recalcar que, aunque sí que es verdad que algunas personas han desarrollado algún efecto adverso contra las mismas con muy baja frecuencia, esto siempre ocurre para cualquier medicamento nuevo que aparece en el mercado. Los casos más graves son extremadamente raros y suelen estar a veces relacionados con reacciones autoinmunes hacia el adyuvante de la vacuna, por lo que no tenemos que preocuparnos.

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