Un estudio encuentra una mayor supervivencia en mujeres operadas de cáncer de pulmón

Los hombres y las mujeres somos ligeramente diferentes en cuanto a nuestra biología, lo que a veces se traduce en una mayor resistencia y/o menor incidencia ante determinadas enfermedades tanto adquiridas como heredadas. Esto se ve reflejado por supuesto en los estudios masivos sobre salud que casi todos los países realizan cada cierto tiempo, en los que también se tienen en cuenta, como no podía ser menos, el porcentaje de gente afectada por distintos tipos de cánceres y el pronóstico que se espera de la evolución de su enfermedad.

El estudio sueco sobre pacientes operados afectados de cáncer de pulmón

Algunos estudios que abordaban los porcentajes de supervivencia en pacientes diagnosticados con cáncer de pulmón tras haber sido operados encontraron cifras dispares. Las diferencias más notables eran precisamente entre hombres y mujeres, aunque no se ponían de acuerdo en los resultados arrojados.

Esto impulsó una investigación llevada a cabo por el instituto sueco Karolinsca, precisamente para llegar a alguna conclusión definitiva sobre el asunto. El estudio logró contar con un total de 6356 individuos, y el objetivo que se planteó en el mismo fue el de demostrar si realmente había una mejor tasa de supervivencia en mujeres que habían sufrido cáncer de pulmón y habían sido operadas. O si, por el contrario, las diferencias de supervivencia con respecto a los hombres se debían a fallos en el diseño de los estudios anteriores, los cuales no habrían tomado en cuenta toda una serie de factores ajenos como pueden ser los estilos de vida, el tabaquismo de los individuos que participaron en el experimento, etc.

Los resultados y las conclusiones que podemos extraer de los mismos

Finalmente, tras aplicar los correspondientes métodos de análisis de los datos recogidos, los resultados que salieron a la luz señalaron que efectivamente había una diferencia estadísticamente significativa de entre los pacientes de género masculino y los de género femenino, con tasas de supervivencia del 3%, 10% y hasta 12% tras 1, 5 y 10 años después de haber pasado por la cirugía.

El encontrar el por qué de estas diferencias ya es harina de otro costal, ya que en la actualidad no conocemos el cuerpo humano lo suficiente como para esclarecer el misterio de manera absoluta. Habiendo descartado otros factores externos, tanto de hábitos de salud como de otras enfermedades previas que pudieran agravar el desenlace, solo queda pensar que, probablemente, la genética tenga algo que ver en este aspecto. Pero para conocer la causa exacta tendremos que esperar a otros estudios futuros.

Bibliografía

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