
Desde hace años es bastante común encontrar multitud de terapias alternativas que prometen curar diferentes tipos de cánceres con una facilidad pasmosa. La mayoría de ellas están basadas en el uso de remedios naturales que parecen conseguir resultados inmediatos sin apenas dolor ni efectos secundarios.
Pero ¿hasta qué punto podemos creer que una terapia alternativa va a darnos mejores resultados que los tratamientos médicos científicamente probados? En el artículo de hoy hablamos sobre uno de estos métodos alternativos, la denominada terapia Gerson, y te contamos por qué no es fiable para tratar el cáncer.
Qué es la terapia Gerson
La terapia Gerson recibe este nombre de su creador, Max Gerson, médico alemán que popularizó dicha técnica con fines curativos en enfermedades de diversa índole, pudiendo aplicarse con éxito, según él, en el tratamiento de las migrañas, la tuberculosis o el cáncer.
Según Gerson, la aparición de una enfermedad provoca el aumento de toxinas en el organismo y, con ello, una sobrecarga del hígado. Además, el doctor alemán afirmaba que las células de los pacientes de cáncer tenían una elevada concentración de sodio e insuficiente de potasio, lo cual dañaba los tejidos y debilitaba los órganos.
Por ello, esta terapia afirma que el consumo de alimentos con poco sodio y mucho potasio ayuda a reparar el daño a los tejidos que causa el exceso de sodio en las células.
En qué consiste la terapia Gerson
Esta terapia alternativa basa su ideología en el abundante consumo de frutas, vegetales y cereales integrales, una recomendación bastante alineada con la concepción actual de alimentación saludable.

Sin embargo, otras recomendaciones como la ingesta de hasta 13 vasos de zumo diarios, el consumo injustificado de suplementos o el empleo abusivo de enemas de café y manzanilla con la finalidad de depurar al organismo, hacen de esta terapia un auténtico peligro para la salud.
Por qué la terapia Gerson no funciona
La terapia Gerson se basa en la premisa de que el cáncer surge cuando hay cambios en el metabolismo celular debido a la acumulación de sustancias tóxicas en el cuerpo.
Esta afirmación carece de toda lógica científica, ya que los seres humanos no estamos intoxicados por una dieta habitual. Si lo estuviéramos, debemos tratar una intoxicación alimentaria como se merece, y no a través del consumo de sustancias detoxificantes cuya eficacia no está en absoluto probada.

Para eliminar sustancias indeseables del organismo —que no toxinas— los seres humanos ya disponemos de órganos como el hígado y el riñón que cumplen a la perfección con esta función excretora.
Además, muchas autoridades de referencia mundial, como la FDA o el NIH, han rechazado la efectividad de la terapia Gerson para combatir el cáncer debido a la escasa evidencia científica que existe a sus espaldas.
Ni siquiera hay documentados estudios previos in vitro o en animales, por lo que la efectividad probada de esta terapia es nula, quedando relegada a unos pocos estudios llevados a cabo por el propio Max Gerson.
Bibliografía:
- BBC. Cuáles son los tratamientos alternativos para el cáncer más populares pero de los que no hay evidencia científica. Consultado 2 diciembre 2019: https://www.bbc.com/mundo/noticias-45547949
- NIH. National Institutes of Health. Terapia Gerson. Consultado 2 diciembre 2019: https://www.cancer.gov/espanol/cancer/tratamiento/mca/paciente/gerson-pdq