
Aunque la crisis económica mundial haya afectado a los presupuestos que todos los países en mayor o menor medida destinan a investigaciones con fines no militares, afortunadamente, siguen existiendo grandes grupos de profesionales. En ellos, cada cierto tiempo, surge una mente brillante con grandes ideas dispuesta a cambiar el mundo tal y como lo conocemos, algunas de ellas bastante revolucionarias.
Noviembre de 2020 ha sido el primer mes en el que el ICO (Instituto Catalán de Oncología), ha llevado a cabo por primera vez en la historia el tratamiento de dos pacientes con tumores sólidos mediante una técnica de vanguardia conocida como TIL.
En qué consisten los TIL
TIL son las siglas en inglés de “linfocitos infiltrantes de tumores”. Los linfocitos son células pertenecientes al sistema inmune, que a su vez consiste en una colección diversa de células encargadas de provocar respuestas de defensa en el cuerpo humano. Dichas células se diferencian en varias clases, cada una de las cuales se encarga de una función específica, que puede ir desde fagocitar (engullir) a los patógenos o cuerpos extraños que encuentran a su paso, a liberar anticuerpos e incluso provocar la destrucción de las células de nuestro propio cuerpo que hayan sido infectadas por virus o bien cuyo funcionamiento esté comprometido.
Este último punto es especialmente interesante, ya que un tumor o un cáncer está formado por células de nuestro propio cuerpo en las que el mecanismo genético que controla su división y muerte programada ha sido dañado de alguna manera, y por tanto se dividen de forma descontrolada. Existen linfocitos que buscan activamente estas células tumorales y las atacan in situ, mediante la producción de sustancias citotóxicas o el reclutamiento de otras células del sistema inmune.

La técnica de los TIL se aprovecha de ello: Se extraen del paciente linfocitos que se encuentran atacando al tumor, se suspenden en un medio adecuado para su crecimiento y multiplicación, y se inyectan de nuevo en mayor número al mismo paciente, con la intención de provocar una respuesta inmune reforzada que pueda destruir las células malignas.
Previamente a esta inyección, al paciente se le aplica una quimio de unas pocas semanas con el fin de disminuir el número de glóbulos blancos y evitar la competencia de recursos con estas “células artificialmente elegidas”.
Aunque el tratamiento es novedoso y todavía está en fase de experimentación, los resultados parecen estar siendo prometedores, especialmente en el tratamiento de melanomas, cáncer de ovario y cáncer de riñón. Si todo va bien, esta técnica podría empezar a implementarse en otros hospitales españoles en un futuro no muy lejano.